Supermercado
Sentados en el estante de cosméticos, la farmacia enfrente y los carritos llenos. A mí me gusta recorrer pasillo por pasillo, a ti te enoja por considerarlo poco práctico, y afirmas que podríamos emplear ese tiempo en otra cosa. Otra cosa... y miro el bote de Hershey's líquido que aventé sobre el Bimbo Kids, entre el jabón neutro antibacterial y las manzanas amarillas. Se alcanza a leer "Hersh..." y deja lo demás a la imaginación.
Miro tu mandíbula cuadrada, perfecta; las cejas pobladas, los ojos miel. Puta, se me olvidó el parmesano. Y me levanto, no sin antes darte un beso en el hombro, sobre la manga de la camisa. No tengo pintura en los labios.
- Ahorita vengo
- Ajá
Camino hacia los lácteos, están bastante lejos. Me voy mirándome los vans de cuadritos rojos y blancos doblarse sobre el piso. Regreso. Ya no pareces tan molesto (me da la impresión de que el humor se te suavizó desde que me levanté y te di la espalda). Tu camisa es blanca; tienes puestos los jeans que me gustan. Yo traigo el pants negro y aguado de siempre. Me sonríes. Mi mano es pequeña entre la tuya. Te levantas.
- ¿Ya?
- Ya
Cada quién toma su carrito. Es estúpido, pudiste poner tus cosas en el mío. Me ayudas a poner la compra sobre la caja. Ojalá no me gaste más de 500. Puta madre, me gasté más de 500. Bueno, no importa. Vas a paquetería, recoges nuestras cosas. Me sonríes, nos vamos.
Olvidamos tomarnos la instantánea de maquinita.
También olvidé por qué discutíamos.
3 Comments:
Las ficciones cotidianas.
¿Dónde termina la realidad y comienza la ficción?
... en el recuerdo
talvez
"Te recuerdo Amanda, la calle mojada..."
Bueno, todo me recuerda a una ficción que deambulaba de forma verídica por las calles de la memoria ufanada.
Para desembocar de nuevo...
...en la nada.
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