mayo 30, 2007

Pues no nadé nada porque me enfermé.
O, mejor dicho, me encuentro en esa delgada línea que divide a la enfermedad del sólo sentirse mal. Todo se decidirá esta madrugada. Tant pis pour moi, porque mañana trabajo... y por mis músculos, que comenzaban ya a tomar forma nuevamente. Y uno o dos días sin ejercicio, son uno o dos días sin ejercicio. En fin.

Plática intensa en mi cama, recién bañada, semidesnuda, esperando a que el paracetamol haga su efecto. Hablamos de universos paralelos y de las olas del mar; de la gente que trabaja en google, de libros, del problema por el que está pasando la universidad, del agobio, de las arrugas, de la felicidad y de esa gran verdad que es una de las llaves de la misma: saber que uno, en realidad, no le importa a nadie.