noviembre 09, 2006

Hoy le vi.
No le conocía pero su rostro se ajustaba
a ese que siempre imagino.
Le amé [y] en un instante
supe lo que siempre había sabido
nos vi en un tren
mi mano en la suya
dos sonrisas
por una calle empedrada nos vi andar deprisa
reordenando las estrellas cada noche
(re)leí una carta
y el poema que colgó de la ventana;
el frío decembrino
el verano cristalino de cascada
le escuché gemir en mi oído
rasguñarme la espalda
y otras cosas parecidas;
[me acerqué intuyendo
que mis Converses negros
al fin tendrían otro espectador]
y justo cuando iba a regalarle un verso de Aura
disfrazado de pregunta trivial
prefirió bajar la mirada
y discriminarme del paisaje