mEmE: 5 cosas que [probablemente] no sabías de mí

Fui nominada por mi querido Padaguan para exponer, vía blog, 5 cosas sobre mi persona que normalmente no cuento, ya sea por su carácter íntimo o por su irrelevancia. Ignoro por qué se conoce como "meme" al hecho de enlistar y publicar intimidades, pero bueno, aquí van las mías [enjoy]:

1. Tuve un amigo imaginario como hasta los 8 años. Era la caricatura de un niño que me acompañaba a todas partes y al que consultaba sobre cuestiones importantísimas en la vida de una escuincla de esa edad: ¿te gustan estos zapatos? ¿me acompañas a la calle con mi mamá? [aunque era más bien como "ven, VAMOS A IR a la calle con mi mamá"], ¿te gusta este juego?, ¿crees que me regañen? El pobre tuvo un fin trágico: murió aplastado por un libro.

2. Tengo un lunar en un glúteo, pero no recuerdo en cuál [y en este momento me da mucha flojera ir a averiguarlo]. Ese lunar es, de hecho, como una marca de familia, porque todos los H.C. lo tenemos en distintas partes del cuerpo; mi prima, por ejemplo, lo tiene en la frente, y consiste en una mancha más clara que el color normal de nuestra piel, cuya forma equivale más o menos a la que tiene mar Caspio visto desde el espacio exterior [qué comparación tan bien pinche excéntrica]

3. Soy sinestésica [si van al vínculo, sugiero leer la "descripción clínica"]; siempre lo fui, siempre lo seré y fue viendo un documental de Discovery Channel que descubrí que eso de ver colores en las letras, los números y los sonidos, tenía nombre. Bueno, en realidad fue mi mamá la que un día me gritó desde el piso de abajo: "¡¡¡[mi nombre] miraaaa!!! Ahí están hablando de lo que te pasa". No es ni feo ni bonito, simplemente "es". Normalmente me agrada, aunque cuando escucho "sonidos amarillos" me pongo de mal humor y, como todo sinestésico, si veo una letra o un número pintado de un color que "no le corresponde", experimento una reacción negativa. No puedo concebir al mundo de otra forma. A E I O U.

4. En primero de secundaria, enamorada de un niño de segundo, le hice al pobre un hechizo que saqué de la revista Tú (JAJA) para que se enamorase de mí. A tal grado estaba yo desesperada. El encantamiento [o maleficio] consistía en poner, dentro de un pañuelo, una foto del susodicho, una foto mía, incienso, un trozo de cabello -ya no recuerdo si mío, de él o de los dos [espero que sólo mío porque me niego a aceptar que pude haber sido tan freak]-, prenderle fuego a un listón que se amarraba no sé dónde, perfumar el embrujo con no sé qué y esconderlo en no sé qué parte. Evidentemente no funcionó. Lo bueno es que ahora soy escéptica [gracias, pensamiento racional. Gracias, método científico. Gracias, Carl Sagan. Gracias].

5. Uso perfumes piratas

Ahora, le paso el mEmE a..............

Kaukisella
Carissa
Gomis
Hare Krnsa
Manuel
Roberto
Max