septiembre 24, 2007

No he vuelto a mirar tus cartas. En el interior del armario laten
bum-bum-bum
y me despiertan en las madrugadas de sueño ligero. A través de la madera respiran, palpitan con una caligrafía de poca luz y minutos desvelados escrita con tinta de aire lejano y salino. Se sacuden contra las paredes, contraen y dilatan lecturas pasadas, letras pasadas, palabras olvidadas. Tiritan una vida de timbre postal fracasado, jamás recibieron respuesta. Y lloran con la lluvia que mojó sus renglones una descuidada tarde de ventana abierta.
No he vuelto a leerlas, siempre las escucho.