agosto 29, 2007

Mala leche

Tengo que hacer una tarea para estudios funcionalistas de la comunicación
y no quiero, no quiero, me da hueva, no quiero. Odio la polítca,
la televisión, tu ausencia. Lloro con malos humores a mi celular perdido,
a mi tarjeta lectora de Wi-Fi desconfigurada, a la fiesta que va a haber mañana en la residencia
porque no me va a dejar concentrarme por la noche. Odio que en el gimnasio ya no esté mi barra favorita, que me hayas dejado plantada, que no pueda prender mi laptop sin mirar tu foto. Añoro las treinta horas de sueño que perdí el fin de semana; detesto que por las mañanas se acabe tan rápido el agua caliente; se me contrae el estómago de saber que tengo que ir al servicio becario. Y me choca la censura, y que la gente no lea; y los racistas, y los mochos, y los petulantes y los tontos y que mi compu ya no lea discos compactos; que las cejas me crezcan tan rápido y que no conozcas mis lunares. Y desde aquí declaro/grito: LA DISFUNCIÓN NARCOTIZADORA DE LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN ES DE LAS MIL Y UN COSAS QUE ME VALEN MADRE EN ESTE MUNDO.